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Masones en Copiapó: su influencia y legendaria historia

 

Copiapó 27 de Julio del 2016  
Noticias OL3

Entrevistamos al autor masón del libro “La Historia de Copiapó”.

Sentado en su escritorio, rodeado de innumerables libros de su vasta biblioteca personal, encontramos a Alejandro Latorre Alonso.

A simple vista el autor del libro “Historia de Copiapó, en la segunda mitad del Siglo XIX, el aporte de la Masonería”, parece un hombre común y corriente. Sin embargo, su experiencia de vida lo califica como miembro de un selecto grupo de personas ligadas al saber y conocimientos: los masones.

Revista Atacama Viva quiso conocer su vida y reciente obra, explorando un conocimiento pocas veces divulgado.

¿Cómo se origina la investigación?

“En el prólogo del libro lo revelo. Cuando me inicio en la institución masónica, en 1974, ingreso muy motivado. El lenguaje esotérico y simbólico que también tiene la Masonería te hace querer saber y querer investigar. Entonces conozco la obra de dos autores: “El Reglamento Particular e Historia de la Respetable Logia Orden y Libertad N 3 de Copiapó”, escrita por el miembro de la orden, profesor de historia y rector del Liceo de Hombres de Copiapó, Guillermo Rojas Carrasco (1933). La otra obra es escrita por Armando Ossa Ossa, quien con motivo del centenario de la logia, en 1962, presentó su investigación titulada La Respetable Logia Orden y Libertad N 3 Valle de Copiapó”.

¿Cuál es la motivación principal para concretar la obra?

“A pesar de estas dos importantes obras predecesoras, creo que faltaba el contexto y relevar el peso que los masones tuvieron durante este periodo de la historia en la comunidad de Copiapó. Lo que se busca en este libro es fundamentar que la Logia Orden y Libertad es la más potente de Chile en el Siglo XIX. Yo no lo digo literalmente, pero los hechos lo dicen”.

¿A qué apunta la Masonería?

“La Masonería siempre ha sido en tema tabú, y pasa porque hay mucha ignorancia entre la sociedad. Todavía hoy tiene un halo de misterio. La masonería es una forma personal de concebir la vida y vivir. Te pide que estés conforme contigo mismo y que trates de buscar tu verdad, que analices e investigues. La Masonería no obliga a sus hombres a que piensen igual. Para la Masonería una de las cosas más importantes es la educación, pues aquí se piensa que la educación es una herramienta que perfecciona al hombre. En la medida que un hombre tiene más educación también es más libre”.

¿A qué fecha se remonta la institución masónica en Atacama?

“En 1857 se funda la primera Logia Chilena en Valparaíso, La Unión Fraternal, sede de la Masonería. En Constitución se funda la segunda, La Aurora. La primera Logia castellana fundada en Copiapó se remonta al año 1862, Orden y Libertad N 3. La cuarta se funda en Valparaíso nuevamente. Con estas cuatro logias se puede formar un gran oriente, – una Masonería Nacional -, y se forma la Gran Logia de Chile. Por ello, la Logia copiapina es cofundadora de la Gran Logia de Chile. En 1862, llega a Copiapó el abogado peruano Francisco Javier Mariátegui, quien reunió a algunos masones y fundó la Logia Orden y Libertad, un 11 de enero de 1862”.

LOGIAS

De acuerdo al libro, hasta el descubrimiento de los yacimientos de plata de Chañarcillo en 1832, y el de Tres Puntas en 1848, Copiapó era una pequeña ciudad vinculada a la minería y a una escasa agricultura. Su población alcanzaba los 6 mil habitantes a principios del Siglo XIX.

La peste del cólera, la Guerra de Pacífico, el primer Ferrocarril de Sud América, la fundación del partido Radical, son algunos de los hechos más trascendentes de la segunda mitad del Siglo XIX.

La ciudad era más bien cosmopolita, con ingleses, franceses, chilenos, alemanes e italianos. Allí solo se hablaba de minería. En la segunda mitad del Siglo XIX la vida social era relativamente escasa, no obstante existía en Copiapó un teatro donde llegaban importantes compañías Internacionales. La prensa de entonces se componía de tres diarios: El Copiapino, El Atacameño y El Minero. En 1857 se creó el Colegio de Minería.

Si bien la primera Logia masónica copiapina se funda en 1862, el libro se inicia en 1857, con establecimiento en la ciudad de una logia extranjera de habla inglesa, La Hiram Lodge, la cual precede a La Logia Orden y Libertad N 3 de Copiapó. El primer templo masónico de Atacama, se ubicó en calle Yumbel.

El 23 de septiembre de 1857 la Logia Bethesda, de Valparaíso, dirigió una carta a la gran logia de masones antiguos y libres y aceptados del Estado de Massachussets, para patrocinar la creación de esta logia copiapina.

¿Cuál es el peso de la Logia Orden y Libertad N 3?

“Tiene mucho prestigio, mucho respeto. Es un honor el pertenecer a la Logia Orden y Libertad. Yo visito muchos lugares y cuando digo que pertenezco a la Logia Orden y Libertad N 3 todos quedan muy admirados, puesto que esta Logia tiene un peso histórico extraordinario. Justamente con este libro puede quedar demostrado que la Logia es la más potente del país en el Siglo XIX”.

¿Qué hecho de trascendencia se puede adjudicar a la Logia copiapina?

“La Logia N 3 fundó la primera Logia de Santiago, la Logia Justicia y Libertad N 5, y todos sus actores son copiapinos, como Guillermo Matta, Felipe y Santiago Matta; incluso esta Logia copiapina entregó el dinero para su formación. También fundó la Logia Luz y Esperanza N 11, en La Serena. Por último, la Logia N 3 es la madre y fundadora de todas las logias de Atacama”.

¿Cuál es aporte que más destaca de los masones en Atacama?

“Hay un tema fundamental. En la segunda mitad del Siglo XIX los masones lucharon para que la mujer tuviese educación. Se armó un escándalo con esta iniciativa, sobre todo en la prensa. El tema se debatía en los círculos intelectuales de Santiago, y los masones de Copiapó aparecían como protagonistas. En aquel tiempo incluso la Iglesia se oponía férreamente a la educación para las mujeres. Los masones finalmente fundaron el primer liceo para señoritas de Chile: El Liceo de Niñas de Copiapó fue inaugurado el 18 de marzo de 1877, con discursos del intendente Guillermo Matta y el profesor del Liceo de Hombres, Manuel Antonio Romo”.

¿Es verdad que en sus comienzos hubo cierta confrontación entre los masones y la Iglesia?

“En el pasado había confrontación con hombres de la Iglesia que escribían y utilizaban sus medios para imponer un pensamiento. Cuando se advenía una idea abierta o liberal, se respondía que no era posible tal pensamiento. Los masones tenían un pensamiento más liberal que la Iglesia.

La tensión con la Iglesia se da en otros niveles, pues lo masones nunca han atacado a la Iglesia, pero sus miembros si han hablado contra los masones. La Masonería dice que el problema no está en los cielos ni en el más allá, sino que es algo presente, aquí y ahora. Apunta a los hechos terrenales”.

¿Cuál es la actual presencia masona en Atacama?

“En Chile existen más de 220 logias masónicas. En Atacama contamos con 5. Existe la Logia Orden y Libertad N 3 de Copiapó, La Igualdad N 88 en Vallenar, la Logia Rafael J. Valdés en el Salvador N165, la Atacama N 164 en Copiapó, y la Cadena Fraternal Caldera N 218. Es importante aclarar que cada logia se acompaña con un número de orden en su obediencia.

En Atacama hay cerca de 300 miembros, mientras que en el país somos 20 mil. En Copiapó la representación de la Logia N 3 se da a través del Club Copiapó”.

YO MASÓN

No cabe duda que hasta hoy la institución masónica genera diferentes opiniones debido principalmente, a la desinformación y cierto halo de misterio que siempre la ha rodeado.

Alejandro Latorre desarrolló gran parte de su vida profesional en la Universidad de Atacama, hasta su retiro en 2010. Paralelamente, ha sido masón durante 40 años. Hoy es Venerable Maestro, y también miembro del Concejo de la Gran Logia de Chile. Además, de acuerdo al Rito Escocés Antiguo y Aceptado, ostenta el grado 32.

¿Cómo ha sido su experiencia como masón?

“Llevo 40 años en la Masonería. Mi experiencia ha sido muy buena, he conocido a mucha gente, he visitado muchos lugares. Hoy vivo tranquilo, tratando de llevar una vida acorde a los valores masónicos, con ética y justicia. Tengo amigos con quienes me reúno una vez por semana, muchas veces mi esposa me pregunta de qué hablamos en nuestras largas reuniones, y le contesto que hablamos casi siempre de lo mismo, pero cada vez de manera diferente y con nuevas perspectivas y visiones”.

¿Qué destaca de su vida en la Masonería?

“Yo he pertenecido a varias logias. Hoy pertenezco a tres logias de Atacama, y estoy vigente en ellas. Uno también puede llegar a ocupar cargos en la Masonería: Se comienza como aprendiz, compañero y luego se pasa a maestro. Puedes ser instructor, maestro de ceremonias, de banquetes, vigilante o presidente. Yo he dirigido dos logias, la Orden y Libertad N 3 y la Logia Atacama, de la que soy fundador. En los grados de perfeccionamiento soy grado 32, donde se debe ocupar mínimo dos años, siempre cumpliendo exigencias y trabajos. Los últimos grados son casi administrativos. El último es el 33”.

¿Cómo se ingresa a la institución?

“Debe ser presentado por otra persona y además, debe cumplir requisitos morales y valóricos. En muchas instituciones hay gente desinteresada, que quiere aprender y educarse. Muchas veces se buscan en los propios trabajos”.

¿En qué se diferencian de los rotarios?

“Generalmente muchos rotarios pertenecen o salieron de instituciones masónicas. Sin embargo el rotario tiene un fin, como es ayudar en concreto. En tanto los masones no tienen planes o fines, es más libre y no buscan darse a conocer”.

¿Hay masones creyentes?

“El masón tiene que creer, pero no en deidades sino en el propio hombre. Ahora si el hombre tiene fe es mucho mejor pues su creencia es mucho más potente. En la Masonería hay judíos, católicos y ateos. Sin embargo tenemos un Dios Común, que no es una personalidad, sino más bien una fórmula llamada El Gran Arquitecto del Universo. Está por sobre los dioses, por sobre Mahoma, Buda, Jesucristo. Cada uno puede ver a su dios propio en el Gran Arquitecto, porque es una fórmula, pero una fórmula de tolerancia. A nosotros no nos interesan las luchas de dioses”.

Finalmente la entrevista con este insigne masón llega a su fin. Por lo pronto, nos adelanta que tras el libro la “Historia de Copiapó”, podría seguir una segunda obra que dé a conocer el aporte masón en la historia durante todo el Siglo XX. También tiene pensado un libro respecto de grandes personajes masones y no masones de la segunda mitad del siglo XIX, donde destacan Rafael Barasarte, Evaristo Soublette y Guillermo Matta, todos ellos masones de Atacama.



Publicado por: Carlos Francisco Zepeda Gonzále; Agosto 11, 2015, atacamaviva